martes, 8 de marzo de 2011

Tiene 125 km cuadrados de superficie y unos 305 m de profundidad y no tiene salida visible. En la orilla sur del lago está el volcán inactivo Atitlán, que tiene una altitud de 3.537 m, y en la orilla norte se encuentra el puerto de Tsanjuyú.  Hay un área protegida, llamada la Reserva natural San Buenaventura de Atitlán.



Un día en Atitlán

Muy temprano se aprecian en sus orillas a los pescadores, descendientes de los antiguos mayas, quienes preparaban las pequeñas embarcaciones para salir a faenar mientras las mujeres, vestidas de sus hermosos guipiles multicolores tejidos a mano, organizaban sus productos para venderlos en alguno de los pueblos que bordean el lago.

De Panajachel, la población más importante de Atitlán, parten las embarcaciones que recorren los pintorescos pueblecitos ribereños. Todo un viaje que merece la pena realizar.

Cierto viajero, tras una interesante jornada escribió lo siguiente: “Recorrer las calles de estos pueblos era como remontarnos en el tiempo a los años que siguieron al descubrimiento. Las calles adoquinadas irregularmente brillaban húmedas por el pulido de la piedra… Las casas eran pobres pero cuidadas con incansable esmero. La cal blanca de sus paredes les daba un aspecto limpio, luminoso. Los indios paseaban sin prisa en todas direcciones. Vestían trajes sencillos de vivos colores y portaban las mercancías que venderían en el mercado… Una iglesia de rasgos coloniales sobresalía entre las casas bajas y uniformes. Todo parecía sacado de una página de la historia”.

viernes, 4 de marzo de 2011

Curiosidades de Panajachel

Panajachel fue habitado por los españoles a fines de 1500, después de librarse una batalla sangrienta y larga en la costa del Lago Atitlán. Poco después se levantaron una iglesia y un monasterio en Panajachel y la ciudad se convirtió en un centro religioso, resuelto a convertir a los nativos a la fe católica. La misma iglesia sigue ocupando el mismo lugar hoy.

Mucho antes de que llegaran los conquistadores a Guatemala, Panajachel era habitada por mayas y otros indígenas. Aunque los números se redujeron a través del tiempo, los indígenas consiguieron evitar la asimilación, y muchos de ellos todavía poseen una cultura y artesanías similares a las de antaño.
En Panajachel, usted puede encontrar mucha gente nativa instalada en puestos de mercado locales, vendiendo telas increíbles, artesanías intrincadas y pedacitos de una historia milenaria.

De hecho, Panajachel, conocida como el portal al Lago Atitlán, es además conocida como el portal a un mundo indígena; ya que cruzando el lago, aún sobreviven apartados y lejanos, pequeños poblados de gente nativa que viven de la misma manera que vivían hace varios siglos atrás. Hay aproximadamente una docena de estos pueblos para explorar, pero tres de ellos atraen más visitantes que los otros: Santiago Atitlán, Santa Catarina Palopó y San Antonio Palopó. Cada uno des estos es famoso por sus mujeres tejedoras y su trajes hilados en casa.